De Messi se espera que juegue en el mundial y que le vaya bien. Porque es habilidoso y para él parece ser más fácil que para los demás. El pibito la tiene atada y cualquiera de sus logros es naturalmente predecible.
Con Palermo esto no pasa. El tipo tiene limitaciones, las reconoce y le da para adelante como si nada. Ese esfuerzo siempre me conmovió, y eso que no soy demasiado futbolero.
Palermo es un ejemplo para los troncos que todos los días nos deschabetamos tratando de mejorar un poco en lo que hacemos, sabiendo de antemano que jamás vamos a ser Messi y que de diez que pateemos, ocho se van a ir a la tribuna. Por eso me gusta. Porque ser Messi es más fácil, che.
Así que en honor al mejor cabeceador del mundo va este dibujo. Hecho a lo Palermo, rústico y sin lujitos. Pero siempre, siempre, intentando clavarla en el ángulo.